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Ingredientes:
Uvas negras orgánicas partidas por la mitad
Hojas de espinaca baby
Nueces o pecanas tostadas
Queso de cabra o tofu marinado
Aderezo de vinagre balsámico y aceite de oliva
Preparación:
Combina todo y sirve fresca. Rica en antioxidantes, hierro y grasas saludables.
Licúa uvas negras orgánicas con agua de coco, semillas de linaza, jengibre fresco y un poco de cúrcuma. Bebida antiinflamatoria y alcalinizante.
La Uva Negra Orgánica es un fruto pequeño, redondo u ovalado, con piel de color morado oscuro a negro profundo, cuya intensidad cromática es indicativa de su riqueza en antioxidantes. Su pulpa es jugosa, dulce y ligeramente ácida, y su piel contiene compuestos bioactivos altamente valorados en la medicina natural y la nutrición funcional.
Este fruto proviene de viñedos orgánicos mexicanos cultivados bajo principios agroecológicos y certificados por organismos reconocidos (como Certimex, Mayacert, Ecocert, o bajo la Norma Oficial Mexicana de Producción Orgánica). La uva negra orgánica es cultivada sin pesticidas, herbicidas, fertilizantes químicos ni modificación genética, en un entorno que honra el equilibrio entre el ser humano, el suelo y la biodiversidad.
Las uvas negras orgánicas son un auténtico tesoro nutricional y medicinal:
Altísimo contenido en antioxidantes naturales, especialmente resveratrol, presente en la piel, que contribuye a:
Mejorar la salud cardiovascular
Prevenir el envejecimiento celular prematuro
Apoyar funciones neurológicas y cognitivas
Antocianinas y flavonoides: Potentes antiinflamatorios naturales que fortalecen los vasos sanguíneos y ayudan a reducir el estrés oxidativo.
Fibra dietética: Mejora la salud digestiva y promueve una microbiota intestinal equilibrada.
Vitaminas del grupo B (B1, B6, ácido fólico) y vitamina C: Apoyan el metabolismo celular, el sistema nervioso y la respuesta inmunológica.
Minerales esenciales como potasio, magnesio, hierro y calcio, que regulan funciones musculares y óseas.
Las uvas negras orgánicas en México se cultivan en regiones como Baja California, Sonora, Zacatecas, Guanajuato y Coahuila, donde el clima seco y templado favorece un fruto de alta calidad. La producción orgánica se basa en:
Manejo del suelo vivo con compost, abonos orgánicos, lombricomposta y cobertura vegetal.
Control natural de plagas con enemigos biológicos, trampas de feromonas y extractos vegetales (como neem, ajo o chile).
Poda manual y manejo solar inteligente, que permite una óptima maduración sin estrés químico.
Cosecha selectiva en el punto exacto de madurez para conservar sabor, textura y nutrientes.
No uso de ceras ni tratamientos postcosecha químicos, garantizando un alimento íntegro desde el campo hasta la mesa.
El cultivo de uva negra orgánica tiene un papel regenerativo en el ecosistema:
Protege la biodiversidad: Favorece polinizadores, aves, microorganismos y plantas silvestres al evitar el uso de pesticidas.
Conservación del suelo y agua: Mejora la estructura del suelo y evita la erosión gracias al uso de cobertura vegetal y prácticas de conservación hídrica.
Reducción de la huella de carbono: Los sistemas agroecológicos capturan carbono y requieren menos insumos fósiles.
Desarrollo rural y comercio justo: Apoya a comunidades viticultoras conscientes que priorizan la calidad de vida y la justicia ambiental.
Productor: Rancho Los Faustinos
¿Dónde se produce? Texcoco, Edo. México
Tipo de producción: Orgánico Participativo
Uva negra orgánica/Verduras orgánicas/Agricultura Orgánica Regenerativa
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