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Recetas sugeridas:
La feijoa orgánica puede disfrutarse de muchas maneras. Su pulpa puede comerse directamente con cuchara, o integrarse en jugos verdes, licuados con hoja de menta o batidos con kefir natural para potenciar su acción prebiótica. También es ideal para mermeladas artesanales, chutneys especiados, compotas sin azúcar o salsas agridulces que acompañen carnes blancas, quesos suaves o platillos vegetales.
En la repostería consciente, puede utilizarse como relleno de tartas integrales, galletas de avena o panqués con harina de almendra o espelta. En gastronomía contemporánea, su sabor combina bien con ingredientes como jengibre, lima, miel cruda o nuez pecana. Incluso puede fermentarse en forma de vinagres frutales, kombuchas artesanales o bebidas efervescentes ricas en enzimas y probióticos.
Una receta sencilla y vitalizante consiste en licuar la pulpa de feijoa con jugo de mandarina orgánica, unas hojas de albahaca fresca y cúrcuma en polvo, creando una bebida refrescante, desinflamatoria y energética.
Descripción general del producto
La feijoa orgánica, también conocida como guayaba del Brasil (Acca sellowiana), es una fruta exótica de sabor único y aromático, cada vez más valorada en México por su potencial nutricional, medicinal y agroecológico. De piel verde opaca y pulpa cremosa entre lo dulce y ácido, esta fruta se caracteriza por su frescura, notas florales y una textura que recuerda a la de una pera jugosa con matices tropicales. Cuando se cultiva en sistemas agroecológicos y se certifica como orgánica, se convierte en un alimento funcional, seguro y profundamente regenerativo.
Consumida fresca, en licuados, ensaladas o elaboraciones más complejas como mermeladas, chutneys y fermentos, la feijoa orgánica no solo enriquece la cocina consciente, sino que representa un cultivo resiliente, útil para la transición agroecológica y para la diversificación de huertas familiares y sistemas frutales sostenibles.
Producción agroecológica y orgánica
La feijoa orgánica en México se cultiva principalmente en regiones templadas y montañosas, donde el clima fresco y húmedo favorece su desarrollo sin necesidad de agroquímicos. Los huertos agroecológicos se diseñan bajo criterios de policultivo, diversificación biológica y cuidado del suelo. Se emplean prácticas como compostaje, uso de microorganismos benéficos, acolchados vegetales y control biológico para mantener la salud de las plantas sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos.
Este sistema de cultivo favorece la biodiversidad al integrar árboles, arbustos, flores nativas y barreras vivas que promueven la polinización y el equilibrio ecológico. La producción es a pequeña escala o familiar, a menudo en parcelas que también albergan abejas, hortalizas y otras frutas, generando ecosistemas alimentarios resilientes. La certificación orgánica asegura trazabilidad, prácticas limpias y respeto por los tiempos de la naturaleza.
Beneficios para la salud
La feijoa orgánica es una fruta con alto valor nutricional y propiedades funcionales. Es una fuente destacada de vitamina C, antioxidantes naturales como los flavonoides y ácidos fenólicos, así como fibra soluble e insoluble que favorece el tránsito intestinal y la microbiota digestiva. También contiene compuestos como el yodo natural, que apoya la función tiroidea, y pequeñas cantidades de calcio, magnesio y potasio, esenciales para el equilibrio mineral del organismo.
Su perfil antioxidante ayuda a neutralizar radicales libres, fortalecer el sistema inmunológico y reducir procesos inflamatorios. Desde un enfoque naturista, se ha utilizado como tónico digestivo, regulador intestinal, y en algunos casos como apoyo en dietas depurativas. Su contenido en pectinas la hace útil para regular el colesterol y los niveles de glucosa en sangre. Al ser libre de residuos químicos, puede incluirse sin preocupación en dietas terapéuticas, infantiles o para personas con sensibilidades alimentarias.
Impacto ambiental positivo
El cultivo orgánico de feijoa tiene un impacto ambiental positivo, especialmente cuando se integra en sistemas agroforestales o huertas familiares diversificadas. La planta requiere poca intervención y es resistente a plagas y enfermedades comunes, lo que permite prescindir de químicos sintéticos. Su follaje denso proporciona cobertura al suelo, ayuda a conservar la humedad y previene la erosión.
Su floración es abundante y muy atractiva para abejas, colibríes y otros polinizadores, contribuyendo a la regeneración del entorno. Además, al formar parte de redes de producción local, el cultivo de feijoa fomenta circuitos cortos de comercialización, reduce la huella de carbono y fortalece la autosuficiencia alimentaria rural.
Desde una perspectiva regenerativa, este frutal puede integrarse en diseños de permacultura, jardines comestibles y programas de reforestación productiva, aportando diversidad, sabor y resiliencia al sistema.
Una fruta vibrante, sabia y regenerativa
Consumir feijoa orgánica es una experiencia sensorial y vital. Su aroma floral, su textura suave y su sabor inesperado nos conectan con lo silvestre y lo delicado a la vez. Es una fruta que nutre desde lo simple y lo profundo, que respeta los ciclos del clima y que representa una nueva forma de cultivar placer, salud y conciencia en una sola mordida.
Incluirla en nuestra alimentación es abrazar la diversidad, apoyar a productores comprometidos con la vida y sembrar una cultura alimentaria basada en la abundancia natural. La feijoa orgánica es, en sí misma, una invitación a volver a lo esencial: comer con gratitud, cuidar lo que nos nutre y reconectar con la tierra a través del sabor.
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